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Diseño interior de tiendas instagrameables

Tu marca también puede ser un Selfie Spot

Por qué ciertos lugares detonan el deseo de decir Aquí estoy en sus redes sociales, y qué potencial tiene esto para tu marca.

¿Nuestros teléfonos celulares, equipados con cámaras increíbles, nos han hecho más narcisistas? ¿Importa más decir a los demás dónde estamos que la experiencia del lugar en sí?

Hoy pensamos en torno a estas preguntas, pero lo que nos ocupa no es su costado moral o psicológico. Sabemos que la vanidad o la imagen que cada quien quiera proyectar en las redes sociales es una consecuencia de los tiempos que vivimos. Nos interesa más entender por qué ciertos lugares detonan en las personas el deseo de decir Aquí estoy, y qué potencial tiene esto para tu marca.

Si vivimos para ser vistos, el mundo es un escenario. Lujo, relax, aventura, vida urbana o cultura son algunos conceptos que deseamos proyectar en las redes. A falta de espacios personales donde predominen esos conceptos positivos (no todos tenemos una casa luminosa y calibrada a lo Marie Kondo), los lugares públicos -museos, restaurantes, parques, festivales, y por supuesto el mundo retail- se vuelven apetecibles para capturar el ansiado instante ya sea en formato foto, story o Tiktok.

Estos lugares tienen algo que se abre paso en el entorno digital tan competitivo, y ninguna marca puede ignorar el potencial de reconocimiento y engagement que representan estas selfies. Por eso, incorporar una dimensión social a la experiencia de compra o consumo es una parte esencial en el branding del espacio o interiorismo comercial.

¿Qué hace que una tienda sea instagrameable?

En principio, el diseño retail y la disposición de los productos se proyectan teniendo el formato de Instagram en mente: la iluminación y el color, patrones y texturas deben servir para enmarcar la escala humana. El lugar debe ser icónico, que detenga el paso y dirija la mirada, pero además debe tener una configuración que permita el encuadre, que el sujeto se sienta incorporado al espacio de la marca.

El logo debe sobresalir, embellecido, con un tratamiento especial. Se trata de darle un efecto Wow para hacerlo distinto ante el ojo que lo descubre y reconoce.

La experiencia debe ser inmersiva. Aquí es donde el brandbook se amplía y el ADN de marca impacta los sentidos tanto como sea posible: texturas, aromas, música y efectos de luz. Todo debe transmitir al usuario la urgencia de capturar el momento.

Siempre es buena idea incitar a la acción. Se puede ser muy evidente invitando frontalmente a compartir el momento, o se puede ser más elegante sugiriendo un hashtag exclusivo de la marca.

La novedad siempre vende. Espacios renovables, acordes a las campañas más recientes sorprenden y mantienen la conversación abierta.

No se trata de masificar o alterar el flujo de la tienda; el equipo que te ayudará a diseñarla debe estar preparado para organizar el lugar -materiales, disposición de mercancía o visual merchandising, seguridad- prediciendo los patrones de comportamiento de tu público. En Estudio Tinte, entendemos que el diseño retail de experiencias instagrameables es una tendencia con un potencial enorme que ninguna marca debe desaprovechar. Después de todo, cada cosa que tu público postea en sus redes sociales de forma orgánica, ayuda a tu marca a insertarse en la trama social y cultural del momento. Resultado: publicidad colateral… indirecta, gratuita y espontánea. Todo lo que quieres para tu negocio.

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