Un valor agregado que te ayudará a ofrecer la mejor experiencia de consumo y fidelizar a tus clientes con mascotas.

El perfil de los consumidores siempre está cambiando y la adaptación, más que una elección, es la norma. Tras la pandemia estos cambios se hicieron muy palpables porque la distancia nos obligó a repensar las formas de relacionarnos. Hoy nos estamos reencontrando y naturalmente nuestros clientes retornan con nuevos hábitos o demandas a partir de las cuales surgen nichos emergentes de consumo que, “al tratarse de segmentos poco explorados de forma consciente, nos pueden ayudar a diferenciarnos de la competencia” señala Angela Tobar, una de las CEO de Estudio Tinte, mientras Mila -su chihuahua café, en la foto superior- sigue atenta cada uno de sus comentarios.

Una de estas necesidades es el querer compartir paseos, compras, comidas y momentos de relax con las mascotas, un vínculo que el aislamiento de la pandemia sinceró y fortaleció. Las calles se han llenado de familias multiespecie y ya no está bien visto que un mall niegue la entrada a un perro debidamente acompañado por su humano responsable.

Sin embargo, más allá de permitir el acceso o de ofrecer un platito con agua, la gran mayoría de los locales comerciales, y especialmente aquellos del retail, no están verdaderamente preparados para recibir y brindar comodidad a las mascotas: “Hay muchas características y necesidades que aún no son exploradas. Creemos que desde nuestra experiencia doble, tanto en el diseño de espacios como en la tenencia responsable de mascotas, podemos aportar a quienes necesiten hoy, tener un local comercial realmente pet-friendly”, puntualiza Daniela Aliaga, CEO de Estudio Tinte y madre orgullosa de la gran Noa y el pequeño Río. 

“Es tan simple como sentir que somos bienvenidos. Cuando percibo que un lugar está pensado para mí, mi familia, mi estilo de vida, que han pensado en los detalles y que es empático con mis necesidades, lo voy a preferir a otros… Si sabemos que nuestro segmento es pet-lover, todo lo que sea pet-friendly será una herramienta de fidelización, desde el punto de vista comercial”, concluyen entre ambas.

Estas reflexiones que Daniela y Angela comparten desde el quehacer diario del diseño, han sido aterrizadas en 5 principios que prometen una experiencia comercial verdaderamente pet-friendly:

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Cultura Pet-friendly: Debes ofrecer mucho más que un bowl con agua. Decidir que un local comercial recibirá mascotas implica entender el espacio desde una dimensión más amplia, planificando y ofreciendo facilidades para mimarlas y cuidarlas, pautas de corresponsabilidad y normativa de convivencia para los dueños. Por complejo -o injusto- que pueda parecer, lo óptimo es que los locales establezcan qué tipos de especies pueden acceder al negocio, tamaño, cantidad de animales que pueden estar presentes a la vez, el uso de correa, entre otros criterios. Esto debe ser acordado e informado debidamente a la clientela.

2

Zonas delimitadas: “Otra cosa fundamental es entender que no todo el mundo ama a las mascotas, y como propietario del negocio debes decidir cómo hacer convivir a todos los tipos de clientes que tengas”. Daniela considera que al delimitar áreas comunes y restringir respetuosamente el acceso de mascotas a algunos espacios, se toman en cuenta las preferencias de todos los usuarios. “También hay que considerar áreas diferenciadas para el juego o el descanso, pensando en locales comerciales donde se va a pasar un buen rato” completa Angela.

3

Materiales: Es esencial el uso de materiales de fácil limpieza, que no se dañen con los juegos, el tránsito o incluso los excrementos de animales. “Hablo del material del mobiliario en sí… por ejemplo un mobiliario metálico se oxida con el pipí. Cuando trabajamos en el diseño de PYK, tienda para mascotas, pusimos alzadores para que el pipí cayera al suelo y no quedara en el mueble. Así es más fácil de limpiar y mantener la durabilidad del material” afirma Daniela. En locales como restaurantes o el lobby de hoteles, recomiendan evitar géneros de terciopelo y otros materiales delicados en los muebles. Tapicería resistente a las manchas, repelentes al agua, incluso el cuero oscuro y otros sintéticos suaves facilitan la remoción de pelos. También se desaconsejan las telas tejidas sueltas o esponjosas, que incitarán a rascar o jugar.

 

 

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Mobiliario: Los animales pueden ser inquietos, juguetones. Muchas veces prefieren acomodar sus cojines o trasladarlos de un lugar a otro. Con esto en mente, debemos pensar en la estabilidad y el peso en la selección de objetos, juguetes y mobiliarios. “A veces -dice Angela- son detalles tan simples como incorporar un gancho al costado de la mesa en un restaurant, para que podamos sujetar la correa del perro, y una esterilla cómoda junto a nosotros para que esté tranquilo”.

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Compromiso: Una vez que tu tienda es apta para mascotas, es importante actualizar la información en todos los canales para que tus usuarios sepan qué esperar de tu local. Adoptar el concepto pet-friendly es una forma de crear una experiencia de consumo personalizada y muy cercana al consumidor que tiene una mascota. “Es un valor agregado que estás ofreciendo, y con eso vas a fidelizar a tus clientes” afirma Angela al tiempo que Daniela completa: “También estás comprometiéndote con ellos, con el bienestar de sus mascotas y con la imagen de tu negocio. Pero es un desafío que definitivamente vale la pena” remata sonriendo.